Diseñar productos que impulsen comportamientos específicos en los usuarios puede ser una tarea desafiante, especialmente cuando se trata de productos complejos. Sin embargo, con la ayuda de una metodología formalizada, las empresas pueden crear productos que no solo cumplan con sus objetivos comerciales, sino que también conecten con su público objetivo.
El diseño conductual es una filosofía de diseño que se enfoca en impulsar comportamientos, diseñando productos que logren impulsar comportamientos específicos en los usuarios. Al comprender la psicología humana, se diseñan productos para influir en estos factores de manera positiva, lo que lleva a una mejor adopción y aumento de la participación y lealtad.
El uso de un enfoque iterativo es una forma popular de diseñar soluciones, de modo que la solución mejore progresivamente. Este enfoque se basa en la idea de que la primera solución nunca es la mejor solución, y que al probar y refinarla, el producto puede mejorarse con el tiempo. Sin embargo, este enfoque requiere que los equipos tengan una suposición inicial correcta del producto, ya que el proceso iterativo se basará en ella.
Si bien los procesos de lluvia de ideas (brainstorming) pueden ser efectivos para generar ideas, una metodología formalizada brinda un enfoque estructurado para diseñar productos que impulsan comportamientos. Al seguir una metodología formalizada, los equipos deben justificar sus ideas y pasar por una serie de pasos antes de implementarlas. Esto ayuda a prevenir el síndrome de visión de túnel y asegura que el producto esté diseñado para lograr los comportamientos deseados.
A pesar de los beneficios de un enfoque iterativo como el Design Thinking, el proceso puede ser desafiante cuando se trata de productos complejos. Los equipos pueden necesitar una solución exitosa para mostrar durante las primeras iteraciones, o pueden perder financiamiento o el interés de los interesados. Por lo tanto, una suposición inicial correcta es imprescindible para que el proceso sea viable en el futuro. Una metodología formalizada durante las fases iniciales de empatía y definición es clave para tener las suposiciones base claras.
Para alcanzar un producto exitoso rápidamente, es importante tener un enfoque metódico, ya que esto ayuda a impulsar el proceso hacia un sistema auto sostenible que genere valor. Un enfoque centrado en el comportamiento genera hipótesis sobre lo que es valioso para los usuarios y las barreras conductuales a superar para alcanzar ese valor. Tener un conjunto de tareas para abordar pone en marcha a tu equipo y lo centra en resolver el siguiente problema.
"Modelos de Diseño Conductual" (Behavioral Design Models) es mi enfoque para el problema, que consta de un conjunto de ocho plantillas fáciles de seguir que requieren que los interesados vean el ecosistema del producto desde una perspectiva conductual. Esto significa mapear las necesidades, valores y barreras comportamentales utilizando marcos psicológicos, crear embudos conductuales antes de comenzar a planear de las funcionalidades e identificar las barreras que estas están diseñadas para atravesar.
Esta metodología se ha utilizado para encontrar soluciones útiles en una variedad de industrias como la salud, las finanzas, la educación y el bienestar, alineando a los interesados detrás de los comportamientos identificados como clave para el éxito del producto, no sus áreas de experiencia particulares. Ofrecemos orientación a nuestros clientes durante todo el proceso, que incluye seminarios web, cursos en línea y consultoría de productos para que puedan incluir una perspectiva conductual en su producto.
En conclusión, una metodología formalizada puede ayudar a diseñar productos que impulsan comportamientos, ayudando a que los procesos iterativos sean más efectivos al proponer un marco para diseñar y probar suposiciones. Al comprender la psicología humana y utilizar un enfoque estructurado, las empresas pueden diseñar productos que conecten con su público objetivo, aumentando las tasas de adopción y retención.